viernes, 15 de octubre de 2010

El ‘milagro’ de Ryan Hreljac

 "Algunas personas se vuelven activistas, otras nacen siéndolo"

“Un día del inolvidable invierno de 1998, en Kemptville (Ontario, Canadá), localidad natal de Ryan, la profesora del Colegio St. Michael, Mrs Nancy Prest estaba dando una pequeña charla a su clase de primer grado sobre las condiciones y salubridad de los estudiantes de su misma edad que vivían en Africa. Preguntó a sus alumnos si sabían cuál era la primera causa de muerte entre los africanos. Todos los niños, convencidos de que era la escasez de alimentos, se sorprendieron al saber que es la mala calidad del agua que beben lo que diezma las aulas de sus ‘antípodas‘.

Ryan quedó muy extrañado por la falta de ‘agua limpia’ y preguntó a Nancy cuánto costaba un grifo en África. Mrs Prest, desconcertada, anticipó a Ryan una cifra que había leído en algún documento: 70 dólares por una bomba extractora.

Ese mismo día al llegar a casa, Ryan, que todavía estaba aprendiendo a conocer el valor monetario de las cosas; pidió a su madre el dinero para comprar un grifo y enviarlo por correo. Susan, la primera persona que padeció el ‘ripple effect’, ignoró entre la burla y el desconcierto las inquietudes de su hijo. Pero Ryan insistió durante toda la semana sobre el dinero e incluso le propuso hacer las tareas domésticas durante todo un año para ganarse la posibilidad de decidir que hacer con un primer sueldo. “No lo entiendes mamá”, dijo, con lágrimas en sus ojos. “¡Los niños están muriendo simplemente por no tener agua limpia!” LEER +

2 comentarios:

conchita dijo...

¡Qué ejemplo para todos nosotros!
Es un vídeo muy bueno para poner en las escuelas y concienciar a nuestros alumnos de lo afortunados que son por tenerlo todo, y de lo que se puede hacer desde unos 6 años, si se quiere ayudar a los demás. Siempre hay fórmulas, y Ryan nos lo demuestra.
Gracias por compartir el vídeo.

Jesús Hernández dijo...

La verdad es que es todo un ejmeplo, sobre todo para los momentos en los que nos podemos considerar impotentes ante la realidad que nos rodea. Podemos hacer más cosas de las que nos creemos.
Un saludo