martes, 22 de febrero de 2011

El peligro de imponer castigos. Alternativas que inducen a la autodisciplina.

El psicólogo Haim G. Ginoot afirma:

El castigo no inhibe la mala conducta. Con este método sólo se consigue que el transgresor sea más cauteloso a la hora de cometer el delito, más hábil en no dejar pistas y más experto a la hora de escapar. El niño castigado aprende a ser más cauteloso, no más honesto ni responsable.

El doctor Albert Bandura comenta:

El castigo puede controlar una mala conducta puntual pero, de por sí, no enseña al niño a adoptar un comportamiento ejemplar como tampoco reduce la necesidad del niño de portarse mal.

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